Hoy vamos a hablar de un tema que, aunque pueda sonar complicado, es esencial para cualquier empresa: el Impuesto de Sociedades.
Así que, si tienes una empresa o estás pensando en emprender, sigue leyendo porque esto te interesa.
¿Qué es el Impuesto de Sociedades?
El Impuesto de Sociedades es un tributo que deben pagar las empresas por los beneficios que obtienen a lo largo del año. Sí, así es, cuando una empresa tiene ganancias, una parte de esas ganancias debe destinarse a pagar este impuesto. Es como el IRPF que pagan los trabajadores, pero en lugar de aplicarse a las personas físicas, se aplica a las personas jurídicas, es decir, a las empresas.
¿Cuándo se presenta?
La declaración del Impuesto de Sociedades se presenta una vez al año. El plazo para hacerlo es de 25 días naturales desde que termina los primeros seis meses del año fiscal. En otras palabras, si tu ejercicio fiscal coincide con el año natural (del 1 de enero al 31 de diciembre), deberás presentar la declaración entre el 1 y el 25 de julio del año siguiente.
¿Quién está obligado a pagar este impuesto?
Todas las entidades residentes en España están obligadas a pagar el Impuesto de Sociedades. Esto incluye:
- Sociedades anónimas y limitadas (SA y SL)
- Cooperativas
- Fondos de inversión
- Asociaciones y fundaciones, aunque estas pueden tener ciertos beneficios fiscales
En resumen, cualquier empresa que tenga su residencia fiscal en España y obtenga beneficios, deberá cumplir con esta obligación.
Pregunta Frecuente:
¿Qué pasa si mi empresa no ha tenido beneficios?
Es una pregunta muy común en las asesorías fiscales: «¿Y si mi empresa no ha tenido beneficios, también tengo que presentar el Impuesto de Sociedades?». La respuesta es sí. Aunque tu empresa no haya tenido beneficios o incluso si ha tenido pérdidas, debes presentar la declaración. Lo que cambia es que en lugar de pagar el impuesto sobre unos beneficios, informarás de que no has tenido ganancias.
¿Cómo se calcula el Impuesto de Sociedades?
Calcular el Impuesto de Sociedades puede ser un poco enrevesado, pero voy a intentar explicarlo de forma sencilla. Se parte del resultado contable de la empresa (es decir, las ganancias antes de impuestos) y se realizan ciertos ajustes fiscales. Estos ajustes pueden ser positivos o negativos y se deben a diferencias entre la contabilidad y la fiscalidad. Una vez hechos estos ajustes, obtenemos la base imponible, sobre la que aplicamos el tipo impositivo, que generalmente es del 25%. A partir del 1 de enero del 2023, existe la posibilidad de tributar por el 23% cumpliendo con una serie de requisitos.
Deducciones y Bonificaciones
Existen diversas deducciones y bonificaciones que pueden reducir el importe a pagar del Impuesto de Sociedades. Algunas de las más comunes son:
- Deducción por inversión en I+D+i: Si tu empresa invierte en investigación, desarrollo e innovación tecnológica, puede beneficiarse de esta deducción.
- Bonificaciones por creación de empleo: Contratar a ciertos colectivos de trabajadores puede darte derecho a bonificaciones fiscales.
Estas deducciones pueden suponer un importante ahorro, así que conviene estar bien informado o contar con un buen asesor fiscal que te ayude a aprovecharlas.
En resumen…
El Impuesto de Sociedades es una realidad con la que todas las empresas deben convivir. Conocer bien sus aspectos fundamentales, los plazos de presentación y las posibilidades de deducción y bonificación es clave para gestionar correctamente las obligaciones fiscales de tu empresa.